El DHA (ácido docosahexaenoico) es un ácido graso de la serie omega-3 presente en importantes funciones y órganos de nuestro cuerpo, como el cerebro y la retina.
Las mujeres embarazadas y lactantes deben asegurar un nivel adecuado de DHA para nutrir correctamente a sus bebés. En caso de bebés alimentados con leches infantiles, es básico mantener el nivel recomendado con leches que contengan un aporte óptimo de DHA.
En la mujer embarazada, el consumo de DHA contribuye al normal desarrollo cerebral y de los órganos visuales del feto, que se inicia en la semana 28 de gestación y su influencia en la maduración de la visión continúa más allá de los dos años de vida.
Con la introducción de la alimentación complementaria, la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas (ESPGHAN) recomienda seguir manteniendo un aporte adecuado de DHA, a través del consumo de pescado graso y, en menor medida, yema de huevo.
Destaca el caso de los bebés prematuros, en los que la transferencia de DHA materno durante el tercer trimestre del embarazo no se ha realizado correctamente. Por esa razón, es especialmente importante que las leches infantiles destinadas a su alimentación contengan una concentración adecuada de DHA.
Consumo recomendado de DHA
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda las siguientes cantidades de consumo diario.
- Bebés de 7 a 24 meses: 100 mg de DHA.
- Niños de más 2 años y adolescentes: 250 mg de EPA + DHA, equivalente a 1-2 raciones de pescado azul a la semana.
- Adultos: la misma cantidad que en niños y adolescentes.
- Mujeres embarazadas y/o lactantes: aumentar en 100 mg de DHA la cantidad básica de 250 mg de EPA+DHA.
Los complementos alimenticios no deben sustituir una dieta variada y equilibrada y un estilo de vida saludable.
No superar la dosis diaria recomendada.
Mantener fuera del alcance de los niños más pequeños.