Lejos de lo que mucha gente piensa, que los niños se críen con un animal de compañía aporta enormes beneficios a su formación psicológica y la de su personalidad. El pequeño desarrolla mayor sentido de la responsabilidad al descubrir que otro ser vivo depende de sus cuidados y su atención.
Beneficioso para todos
A través de tus enseñanzas, tu hijo aprenderá a cuidar a su mascota y, sobre todo, a tratarla con cariño. Esto también le ayudará a comprender las necesidades de los demás, aunque sea un animal, y reforzará su empatía con un ser vivo de otra especie.
Convivir con una mascota desde pequeño es una escuela para el niño y para los padres. Las familias con mascota estrechan sus vínculos pues buscan actividades que puedan realizar junto a su animal de compañía. De esta forma se crea una relación afectiva recíproca, ya que el animal pasa a ser uno más de la familia y recibe el mismo cariño que da. Por si fuera poco, está comprobado que convivir con un animal de compañía, especialmente perros y gatos, refuerza el sistema inmunológico de los niños.
Nuestras responsabilidades
Cuando aceptamos tener una mascota en casa, debemos ser conscientes de lo que implica y hacerles comprender a los niños las responsabilidades que adquieren.
- Un animal no es un juguete que pueden dejar arrinconado cuando se cansen de él o cambiarlo por otro. Es un amigo fiel que le acompañará siempre, jugará con ellos y les protegerá. Y lo más importante, les dará un cariño incondicional.
- Requieren una serie de cuidados, buena alimentación e higiene, visitas al veterinario... y también que les enseñamos a comportarse y a estar en familia.
- Es importante explicarles los pros y contras de tener un animal en casa, y leer con ellos algún libro sobre el cuidado que requiere su mascota.
- Según la edad y madurez del niño, hay que llegar a un acuerdo con el niño sobre qué tareas va a realizar con su mascota, siempre bajo nuestro control y supervisión.
Las mascotas preferidas de los más pequeños
Antes de decidirnos por una u otra mascota, debemos tener en cuenta las preferencias del pequeño, el tiempo que tenemos, el espacio en casa...
- Perros: considerados los mejores amigos del hombre, es el compañero de juegos por excelencia. Sociables, dóciles y obedientes, pero también exigentes en sus cuidados. Lo ideal es optar por uno de raza grande como labrador o golden retriever. Las hembras suelen ser más pacientes.
- Gatos: más independientes que los perros y por ello menos exigentes en sus cuidados. No hay que sacar a pasearlos y se pueden quedar solos en casa (con cuidado y sin abusar). Se puede jugar con ellos pero respetando sus deseos, ya que a veces no quieren jugar y pueden molestarse y arañar.
- Pequeños mamíferos: como conejos, cobayas, hámster, etc. Son dóciles, inteligentes y amistosos. Son sencillos de atender y manipular, y divertidos compañeros de juegos. Su mayor inconveniente es su tamaño que les obliga a estar en jaula.
- Reptiles, peces, pájaros, tortugas, iguanas, carpas, canarios: son los más aconsejables para los niños que sufren alguna alergia. Aunque compartir juegos con ellos es complicado.